martes, 23 de febrero de 2016

Josefa Amar y Borbón: una ilustrada por la enseñanza de la agricultura

Josefa Amar y Borbón fue destacada protagonista en el debate sobre las mujeres en el siglo XVIII español. En este artículo, en cambio, nos centraremos en su defensa  de la enseñanza de la agricultura.
Josefa Amar y Borbón nació en Zaragoza en febrero de 1753. Era hija del médico de cámara José Amar y nieta del médico de Fernando VI, Miguel Borbón. Estuvo casada con Joaquín Fuertes Piquer, oidor de la audiencia de Aragón. Versada en inglés, francés, latín e italiano, perteneció a la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, a la Real Sociedad Aragonesa y a la Sociedad Médica de Barcelona. Participó en el famoso debate de las mujeres en el siglo XVIII, destacando su Discurso sobre la Educación Física y Moral de las mujeres, editado en Madrid en 1790, así como, su intervención en la intensa polémica sobre el ingreso de las mujeres en la Sociedad Económica Matritense con su Discurso en defensa del talento de las mujeres y su aptitud para el gobierno. Como es sabido, triunfó la tesis favorable a las mujeres y se creó la Junta de Damas. También tradujo algunas obras del inglés y la obra italiana del abate italiano Javier de Lampillas, en seis tomos, un compendio sobre la literatura española.
Josefa Amar se preocupó por la enseñanza de los labradores, participando del interés que los grandes autores y políticos de la Ilustración española dedicaron a la materia, especialmente en el tema sobre la posible y necesaria colaboración del clero secular en esta tarea ilustradora, dado su ascendente sobre los campesinos y porque los curas párrocos estaban en todos los rincones de la Monarquía, pudiendo ser unos instrumentos eficaces para la difusión de las luces. En este sentido, Floridablanca llegó a pensar en convertir a los párrocos en una especie de agentes del Estado para enseñar al pueblo los rudimentos de las artes y de la agricultura. En este misma línea, Andrés Cardona publicó un libro, en 1784, sobre “la licitud de que los párrocos se dedicasen a estos menesteres”, que fue muy apreciado por Campomanes. Ya en el reinado de Carlos IV, la Sociedad Bascongada estableció un premio en 1791 sobre las ventajas de que el clero se dedicase a “ese oficio patriótico”. Este debate culminaría con la creación en 1797 del Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos.
La aportación de Amar y Borbón en este debate fue la publicación de los Discursos sobre el problema de si corresponde a los párrocos y curas de aldea el instruir a los labradores en los buenos elementos de economía campestre. La obra incluía un plan sobre la materia y se editó en Zaragoza en 1783. En realidad, se trataba de una traducción de la obra italiana del naturalista y botánico veneciano Francesco Griselini (1717-1783), miembro de varias academias europeas, masón, periodista y secretario de la Sociedad Patriótica de Milán, ciudad donde falleció. La traducción fue un encargo de la Real Sociedad Aragonesa y le valió ser nombrada socia de honor de dicha corporación. Félix Latassa, el bibliógrafo más destacado de la Ilustración aragonesa, mencionó estos Discursos en su Biblioteca Nueva de Escritores Aragoneses, haciendo grandes elogios del talento y trabajo de la autora aragonesa.

Eduardo Montagut

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