martes, 26 de enero de 2016

El conflicto de la Biga y la Busca en Barcelona y la guerra civil catalana

En el siglo XV se habían perfilado dos grandes grupos en la ciudad de Barcelona. Por un lado, estaría los denominados “ciudadanos honrados” (ciutadans honrats), es decir, grandes comerciantes, pero también por grandes rentistas, ya que, la crisis económica había provocado que un sector de la burguesía mercantil decidiese invertir en valores más seguros, como la tierra y las propiedades urbanas. Unos y otros constituían el patriciado urbano, es decir, la oligarquía que controlaba el gobierno municipal a través del partido de la Biga (“Viga”, en catalán).  Los bigaires, por tanto, tenían una sólida base económica y desarrollaron una mentalidad que, en cierta medida, les acercaba a la que poseía la nobleza
Por otro lado, los mercaderes, los profesionales y menestrales o artesanos eran un grupo que demandaba profundas reformas ante las dificultades económicas que padecían. Esas reformas atacaban los privilegios de la Biga. Con el apoyo de la realeza crearon su propio partido, la Busca (“astilla” o “viruta”, en catalán). Los buscaires, en realidad, pretendían acceder al poder municipal para poder llevar a cabo esas reformas. En cierta medida, también contaron con el apoyo del conocido como “pueblo menudo”. El lugarteniente real intervino en el conflicto posibilitando que la Busca accediera al gobierno municipal de Barcelona en el año 1453. Se mantuvo en el poder hasta 1462 cuando estalló la guerra civil. Durante este período de gobierno los buscaires emprendieron las reformas perseguidas: devaluación de la moneda para abaratar los productos catalanes y, de ese modo, ser competitivos en las exportaciones; medidas proteccionistas de la industria textil; así como, medidas políticas conducentes a democratizar el gobierno municipal y sanear la hacienda municipal.
Pero la Biga seguía controlando instituciones claves como las Cortes y la Generalitat. Desde estos dos resortes de poder se opusieron a las reformas de la Busca porque perjudicaban sus intereses. La devaluación de la moneda provocaba una clara disminución de sus rentas y el proteccionismo impedía a los grandes comerciantes la importación de textiles extranjeros de lujo, cuya venta les producía grandes beneficios.
El conflicto de la Biga y de la Busca terminó por integrarse en la guerra civil catalana de 1462, con el conflicto de los payeses de remensa en el campo, así como con el enfrentamiento de esa oligarquía barcelonesa con Juan II, partidari0 de fortalecer el poder real frente al tradicional pactismo.
La guerra civil catalana se complicó con deserciones de uno y otro bando y con la intervención extranjera. Al final, en 1472 el conflicto terminó con la rendición de Barcelona y la firma de la Capitulación de Pedralbes, en la que el monarca adoptó una actitud conciliadora. La cuestión de los remensas se solucionaría posteriormente con Fernando el Católico. A pesar de haber llegado la paz, Cataluña quedó arruinada.
Eduardo Montagut

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